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Textiles de Hogar
El español Velfont (Velamen),

uno de los expositores de Heimtextil

con productos que integran Outlast.

 

Evitar sobrecalentamientos y reducir la transpiración, dos efectos de la tecnología de cambio de fase.

Si les recuerdo la prueba con la cámara termográfica, me dirán que me repito. En efecto, ya habíamos visto en Heimtextil el stand de Outlast con esta máquina de infrarrojos que visualizaba los efectos de Outlast. Se invitaba a los visitantes a apoyar su mano en dos superficies de prueba diferentes, una con tecnología Outlast y otra sin ella. Las fotografías con mapa de color eran elocuentes: la fotografía infrarroja revela que los materiales con Outlast absorben y almacenan el calor corporal… y las demás materias no lo hacen.

Pues este año podían repetir, si lo deseaban, pero la información disponible era más amplia. No tan fácil de mostrar en un stand, desde luego, porque se precisa un sistema de medición por sensores y de visualización «THG AreaView», que detecta, almacena y exhibe de forma gráfica los cambios en temperatura y humedad, y la interrelación entre un humano y un objeto (en este caso, un «duvet» o edredón) en lo que atañe a esos parámetros, visualizando incluso lo que ocurre en capas ocultas (por ejemplo, en la microatmósfera entre la piel y el edredón), indetectables por simples cámaras infrarrojas u otros dispositivos ópticos. Como el estudio se realiza en este caso para ver lo que ocurre cuando los sujetos duermen, los ensayos requieren además varias horas.

Y es que estamos hablando del «Outlast bedding», es decir, de la ropa o equipos de cama (desde el edredón hasta el colchón), en un sistema de gestión dinámica de temperatura y humedad, para un «óptimo sueño». Como se sabe, Outlast es la tecnología desarrollada originalmente para la Nasa, que utiliza nanoesferas rellenas de sustancias de cambio de fase (parafinas) para regular la temperatura, absorbiendo o regulando calor según el momento. Outlast no calienta ni enfría a los usuarios de estos materiales, sino que regula la temperatura buscando un nivel constante.

Por lo que respecta al sueño, la profundidad del mismo y sus efectos beneficiosos para el organismo dependen en buena medida de un ambiente correcto, que proporcione el máximo confort. «Durante el sueño, los humanos necesitan ser calentados y también ser refrigerados: en un microclima óptimo, calor y humedad deben intervenir conjuntamente de un modo perfecto».

Durante la primera mitad de la noche, el ser humano experimenta una reducción de la temperatura corporal en aproximadamente un grado centígrado, básicamente por la transpiración, y la evaporación de la humedad correspondiente. Según afirman los responsables de Outlast, tras las pruebas realizadas con el «THG AreaView» se comprueba que sus propiedades reguladoras de temperatura ayudan al cuerpo a enfriarse durante la fase de adormecimiento, por lo que la necesidad de transpiración es menor, y así se reduce la humedad realtiva en un 10%. Su funcionamiento dinámico permite absorber y almacenar el exceso de calor, para liberarlo cuando sea necesario. Los productos para la cama con Outlast reducen el sobrecalentamiento corporal y la sudoración, y reparten el calor de una manera más regular. La consecuencia (afirman) es un sueño más reparador, y un despertar «más fresco» y ligero.

Los stands de Abeil, Brennet, Dyckhoff, Microfibres, Quilts of Denmark, Shandong Design Weave, Sleepwell Kauffmannm y la española Velamen, exhibían en Heimtextil artículos con Outlast, según reseñaba la empresa proveedora de esta materia, Outlast Technologies.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 199 — febrero 2012 ].

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