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Los compradores españoles sorprendieron en Première Vision

Première Vision

Vaya sorpresa que les dimos. O que nos dimos. Porque, si los organizadores de Première Vision quedaron boquiabiertos al comprobar que la cifra de visitantes españoles había aumentado en casi un 10% (un 9,7 para ser exactos), probablemente los primeros sorprendidos fuimos nosotros mismos. Todo hay que decirlo, la de italianos subió todavía más, en un 11,2%. Y nadie esperaba que los dos grandes de la Europa meridional estuviesen en disposición de acudir de forma creciente al salón parisino de tejidos.

¿La razón? Quién sabe. Tal vez que cuando el mercado se cierra hay que espabilar y buscar las mejores materias para crear una oferta de moda diferenciada. Razón de causa mayor, impulso de supervivencia.

En todo caso, España dio la nota, y buena, en la edición de febrero de PV, celebrada en París del 12 al 14. En cambio, China y Brasil fallaron. El primero de esos países con un descenso importante, del 23%, que se achaca a la proximidad de los festejos del Año Nuevo Chino. Los brasileños, en caída del 14%, presuntamente por el Carnaval. Se ve que la fiesta es más importante que el negocio. Por contra, aumento de visitantes japoneses (+14%), que, como ya hemos repetido en varias crónicas de este comienzo de año, han sido protagonistas de una importante reaparición en escena, también difícil de comprender en su contexto de crisis múltiples (demográfica, monetaria —deflacionaria—, y para colmo los efectos del tsunami y el accidente de Fukushima, cuyas secuelas todavía se hacen sentir); y asimismo incremento de americanos (+14%).

En conjunto, Première Visión + Expofil anotó un ascenso del 3% en visitantes, con respecto a febrero de 2012, registrando un total de 44.139.

En lo que atañe a expositores, se trata de un salón estabilizado en torno a los 700. Concretamente fueron 734 en Première Vision (sin su sector Expofil) con un aumento interanual del 8%, del que un tercio se debe a los nuevos sectores Knitwear Solutions y Maison d’Exceptions.

El sector del género de punto entró en escena el pasado mes de septiembre y, aunque en febrero ha tenido menos vigor en razón de la temporada (su demanda es más fuerte en invierno), se ha consolidado y es ya un valor seguro dentro del salón: para septiembre de 2013 se ha producido «un aumento considerable de demandas de participación». La incorporación de Maison d’Exceptions a las dos ediciones de cada año es también la confirmación de una apuesta. A simple vista, introducir un sector de artesanía de altísimo nivel dentro de un salón industrial de tejidos es una pequeña extravagancia, como esas tareas de mecenazgo que las grandes ferias se creen obligadas a realizar para humanizar su imagen a base de ingredientes de tradición y cultura. Première Vision no lo ve así, sin embargo.

Uno de los lemas de PV esta temporada era «think global, act special»; una adaptación de la frase célebre: think global, act local (piensa a escala mundial, actúa localmente). En este caso se propone tener una mentalidad mundial (¡y cómo no! en el textil quien no la tenga carece de futuro) y actuar de forma especial, para diferenciarse de la competencia. Maison d’Exceptions pone en contacto a los artesanos de alto nivel, que poseen un conocimiento impagable, con empresas de la moda: creadores, marcas de gama alta y de lujo, «que se interesan por esta oferta basadas sobre una creatividad y un dominio técnico generalmente únicos en el mundo».

La búsqueda de la singularidad no es sólo una recomendación hipotética. Los estudios de Première Vision muestran que la mitad de las ventas de expositores de PV ya se hacen con productos llamados «exclusivos», sea en términos de colores, de diseños u otras características.

Decíamos que el número de expositores permanecía en un nivel estable gracias a la ampliación del abanico de oferta y la entrada de nuevos países. Ya lo hemos comentado en el pasado, y las estadísticas no hacen más que acentuar esa constatación. Si el salón hubiese permanecido fiel a su antiguo concepto de salón europeo (de la UE), y aunque la Unión también se ha ampliado, en estos momentos Première Vision no tendría más que 550 expositores. Los 184 restantes los aportan fundamentalmente Turquía y Japón (70 y 40, respectivamente), seguidos por Corea del Sur y China (19 y 16).

De hecho, PV sigue siendo un salón mayoritariamente italiano, pues el país aporta un 46% de sus expositores. Mientras que el país anfitrión, Francia, cuenta con 93 expositores, a los que Turquía se va acercando peligrosamente. España se sitúa en quinto lugar, por detrás de Japón, con 27 expositores; uno más que el Reino Unido y dos más que Portugal. Aparte de los mencionados, de dentro y fuera de la UE, sólo hay otros dos países por encima de 10 expositores: Alemania con 17 y Taiwán con 10.

Entre los españoles, uno nuevo, incorporado precisamente al nuevo sector de Knitwear Solutions: Parrillu’s, de La Llacuna (Barcelona), «especialista en tricot para prêt-à-porter de lujo». Y una baja más importante que otras... a efectos simbólicos: el tradicional stand institucional español no estaba por ninguna parte. En efecto, el espacio que ocupaba en Première Vision el Consejo Intertextil, para informar a los visitantes sobre los expositores de nuestro país, había desaparecido. Y la razón no es otra que la falta de dinero: el Icex no lo paga, y las patronales andan cortas de caja.

Las impresiones de quienes participaron en el salón fueron razonablemente satisfactorias. El mercado europeo está en fase de calma chicha. La crisis del euro se extiende a otros países, ya no sólo la padece el sur, sino que en el centro las ventas se estancan. Como el mundo es muy grande, y la industria ya se mueve globalmente, hay oportunidades de negocio pero no grandes alegrías. Complementariamente, tampoco grandes sustos. Momentáneamente los precios de las materias siguen constituyendo motivo de inquietud, pero no de sobresalto.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 206 — abril 2013 ].


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