Los presuntos herederos quieren identificar y valorar un patrimonio incierto, antes de abrir el testamento.
Cuando una persona fallece, lo habitual es que corran en paralelo las gestiones para certificar últimas voluntades (con declaración de herederos ab intestato si no testó, o apertura de testamento en caso contrario) y la determinación del patrimonio del finado. Hay un plazo de seis meses para presentar todos los documentos y satisfacer el impuesto de sucesiones, que en el caso de herederos directos está bonificado en algunas autonomías, pero no en la comunidad catalana.
En lo que atañe a la sorpresiva defunción de Isak Andic, creador y propietario casi único (a excepción de un pequeño porcentaje) de la cadena de moda Mango, fallecido a los 71 años el pasado 14 de diciembre en accidente de senderismo, es posible que los eventuales herederos deban pedir una prórroga a la hacienda catalana.
De momento han pospuesto un par de meses la apertura y lectura del testamento, con lo que seguiremos en la incertidumbre sobre cuántos y quiénes son los herederos y qué parte del pastel heredado les corresponde. No parece que quepan muchas dudas, pero nunca (nunca) son descartables las sorpresas.
Pero tampoco existe certeza sobre el patrimonio exacto. Se estima en unos 8.000 millones de euros, básicamente derivados del capital y reservas de la sociedad de inversiones Punta Na, dueña a su vez de Punto Fa, que es la cabecera de Mango. Ahora bien, esta cifra que se baraja últimamente es casi el doble que la que Forbes publicaba el año pasado referida a Isak Andic en su lista de las grandes fortunas del país. No les extrañe, por tanto, que haya que hilar fino en la determinación de su patrimonio.
Poseía (o disfrutaba) otros bienes, y el paréntesis se incluye porque algunos de ellos no constaban como propiedades directas.
Se menciona una casa de 1.600 m2 edificados en una parcela de 4.500 m2 en Esplugues de Llobregat (Barcelona), con tres plantas, amplio garaje y piscina; una segunda residencia de temporada de 110 m2 en La Pleta de Baqueira (en el complejo de esquí del Valle de Arán); una casa de vacaciones en la isla de Formentera; uno de los mayores yates privados matriculados en España (adquirido por 30 millones de euros hace diecisiete años, actualmente en reparación en Nueva Zelanda); y un jet privado con 25 plazas valorado en 50 millones de euros, para el que pensaba construir un hangar también privado en el aeropuerto de El Prat.
Como antes se ha apuntado, en realidad varias de estas propiedades son indirectas, es decir que Isak Andic no era el dueño de esos bienes, sino el usuario. Se ha dicho estos días que solo de las casas de Esplugues y La Pleta de Baqueira hay constancia de titularidad directa. En fin, pronto se sabrá.
© TEXTIL EXPRES